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El aborto.

El aborto

 La ley del aborto propuesta por el ministro de justicia Alberto Ruiz Gallardón, recibirá el nombre de Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada. Esta polémica ley, que ya ha sido aprobada y que se prevé que se será puesta en vigor el próximo año, no permitirá el aborto por malformaciones del feto y  requerirá acreditación de dos médicos diferentes con sendos informes que indiquen los resultados. Se podrá practicar el aborto en las primeras 22 semanas de gestación en caso de riesgo para la salud física y psicológica de la mujer y durante las primeras doce en caso de violación, además serán los médicos quienes determinarán la gravedad o existencia de ese peligro. Con ello, se quiere reducir el número de embarazos no deseados.
Este hecho dificultará notablemente las posibilidades de interrumpir el embarazo y acabará con millones de muertes debido a abortos clandestinos. Además de que supondrá un notable retroceso histórico que pondrá en peligro la salud y derechos de la mujer y complicaría la situación económica y la vida de muchas personas, que sin la opción de poder tomar sus propias decisiones vivirán la vida que otros tomaron por ella. Por tanto, ha sido clasificada como la ley más restrictiva de la democracia.
Cuando se prohíbe la publicidad de las clínicas que practican el aborto, el ministro Gallardón afirma: "No es un producto de consumo y esta información sólo deben facilitarla los especialistas". Esto supone que el aborto deje de ser un derecho para convertirse en un privilegio. Y me pregunto, ¿cómo cambiaría la situación si se tratara de decidir sobre sus propias vidas, la de algún familiar o, tal vez, si la iglesia estuviera al margen de las decisiones del estado? Porque qué importa lo que piensen millones de mujeres españolas cuando un solo hombre puede decidir su futuro. ¿Qué importa si mientras sus hijas y sus mujeres puedan viajar fuera y practicar un aborto seguro, que en España muchas mujeres pierden la vida o dejan sus trabajos y estudios para cuidar a un niño? ¿Qué importa que haya orfanatos llenos de niños sin familia y, por otro lado, unas madres que han visto sus vidas truncadas por no haber podido elegir?
Estoy segura de que podrían argumentar de mil maneras lo que supone el aborto para la vida del no concebido y aun así seguiré pensando que estaríamos cediendo más privilegio a una célula  que a una persona con una vida y sentimientos. Porque esa célula algún día dará lugar a una persona, pero desde el momento en el que no se da libertad de decisión a la mujer, estamos infravalorando a todas las mujeres españolas.


¿Qué es lo siguiente? Supongo que privarlas de poder conseguir un empleo o de frecuentar ciertos lugares, salir a calle acompañada de un hombre o quizás privarles el derecho al voto. Todo esto, argumentando que no se trata de un derecho sino de un privilegio innecesario.

 
Anya Barrios Hernández.

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