LOS MEDIOS DE DESCOMUNICACIÓN
LOS MEDIOS DE DESCOMUNICACIÓN
En plena era de la información el ser humano se encuentra más desorientado que nunca, como sabiamente advertía Jesús Mosterín en “La insuficiencia de la Filosofía actual”. Tenemos a nuestra disposición una amplia gama de medios de comunicación -televisión, radio, Internet, prensa, etc.- y, sin embargo, escogemos la ignorancia, saber sólo la mitad y apartar la mirada de la realidad más sincera. No obstante, ¿es este hecho una elección propia? ¿Cómo abrir nuestros ojos ante un mundo que no es más que una enmarañada nebulosa que distorsiona lo que realmente ocurre a nuestro alrededor? Vivimos como quieren que vivamos. Somos lo que quieren que seamos. Vemos lo que quieren que veamos.
Teniendo en cuenta lo influenciados que están los medios a causa de diversas autoridades y entidades privadas, que son sólo los efectos colaterales de un capitalismo extremo que mutila nuestra libertad de pensamiento, desde Vita Nostra queremos arremeter contra el proceso de desinformación que la mayoría de la gente, sumida en su ignorancia, asume como algo completamente normal. Pero, ¿de dónde viene este problema?
En primer lugar, surge de esa mentalidad unidireccional que parecen compartir todos los medios de comunicación y que limitan la información que poseemos. La centralización propia de una nación bipartidista y la mentalidad ególatra y narcisista que poseemos en España y el “Primer Mundo” en general, son los justificantes de esta masificación informativa.
Por otra parte, tenemos a la prensa rosa, que no hace más que fomentar el analfabetismo de un pueblo sediento de incultura y que rechaza las ciencias, las humanidades y las artes, así como todo aquello que le aporte progreso cultural e intelectual. Y es que así funciona todo porque eso es a lo que aspiramos en España: a un mundo de engaño en el que quien intenta abrirnos los ojos arrojando algo de luz, es castigado. Y, de este modo, nos pasamos el veintisiete de Febrero de este mismo año debatiendo entre los colores de un vestido y ni una sola queja porque Wert aspiraba a implantar la tauromaquia como patrimonio por la UNESCO, ¿quizás algo no vaya del todo bien?
Así es el periodismo: un arma de doble filo; en nuestras manos queda el poder de escoger enfrentarnos a él como una enfermedad o un útil para culturizar e informar al planeta en su totalidad.
RMG
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